La edición de septiembre de 2015 de la revista Quality Progress, editada por ASQ, incluye el artículo “A Hard Look at Software Quality”, en el que se describe cómo el laboratorio AQC Lab junto con AENOR realizaron un programa piloto para evaluar, mejorar y certificar la calidad de productos software en base a la familia de normas ISO/IEC 25000. A continuación se presenta un resumen del contenido del artículo, y en este enlace puede encontrar un extracto del mismo facilitado por el laboratorio AQC Lab.
Puesto que la calidad del software es un elemento crucial que impacta en los costes finales de una organización, evaluarla y controlarla es cada vez más importante, especialmente si se hace directamente en base a evidencias sobre atributos del propio producto software.
Las normas de la familia ISO/IEC 25000 proporcionan un framework para la evaluación de la calidad del producto software. Esta familia de normas se utilizó en un piloto de evaluación, mejora y certificación de la calidad del producto software llevado a cabo por AQC Lab, AENOR y varias empresas desarrolladoras de software.
En la evaluación se siguió el proceso definido en la norma ISO/IEC 25040, mientras que el modelo de calidad que se tomó como referencia fue el definido en ISO/IEC 25010. Entre las características de calidad definidas en este estándar, el piloto se entró en la Mantenibilidad, y su evaluación se realizó en base a distintas propiedades del código fuente, tales como la complejidad ciclomática, la documentación del código, su estructuración, la existencia de código duplicado o el cumplimiento de reglas de codificación.
Para la evaluación de la mantenibilidad por medio de las propiedades anteriores AQC Lab utilizó su framework, el cual consiste en un conjunto de herramientas de medición, una herramienta de evaluación que integra y agrega los valores obtenidos con las herramientas de medición, y una herramienta de visualización de resultados.
El proceso de certificación de la calidad del producto software se basa en una evaluación realizada previamente por el laboratorio. Tras cotejar los resultados de la evaluación con éste y realizar una visita a la organización interesada, la entidad certificadora emite el certificado de producto si procede.
Las empresas desarrolladoras que participaron en el piloto destacan la reducción de costes y esfuerzo dedicados al mantenimiento, la mejora en la carga y ejecución de las aplicaciones y la incorporación de evaluaciones de la calidad en su ciclo de vida como resultados positivos de la experiencia.